Introducción:Sin Duda la historia es una construcción socio cultural, en un marco de tiempo y espacio, y por tanto pertenece a todos, en cuanto objetos y sujetos de ella, sin lugar a dudas, todas las voces y opiniones deben concurrir al momento de discutir sobre historia. “Hay que sacar la historia del circulo de los iniciados y popularizarla” ha dicho el métodologo de la historia Jerzy Topolsky, por lo tanto, pensamos que todos pueden y deben opinar, y con ello participar de la historia.
Pero se debe ser también muy riguroso y decir que es necesario para una mejor sistematización, análisis y valoración de esta, manejar ciertos parámetros epistemológicos y metodológicos. La ciencia histórica definió una mejor forma de acceder o a lo menos acercarse a la verdad histórica, la metodología, que debe ser entendida como la investigación y la interpretación sobre hechos y procesos que se dan en el curso de la vida humana.(1)
Por ello ante algunas opiniones sobre la celebración de la revolución de 1859, nos parece necesario realizar algunas breves consideraciones con el fin de intentar aclarar lo ocurrido y lo expuesto. Pero, antes de esto decir que he conversado y reflexionado con mi amigo y colega Rodrigo Zalaquett, que comparte esta pequeña reflexión, ya que hemos visto que las ópticas historias en muchas ocasiones son múltiples, pero necesariamente deben ser vistas y analizadas en su contexto, también hago mención de mi amigo Arturo Volantines que enérgicamente me indicó que la discusión y la defensa del ideario de 1859, era un deber, y pensado en como construimos la historia desde Atacama, tiene toda la razón.
La larga historia de Atacama: Bueno, primero decir que la historia de la actual región de Atacama, no se define por un hecho y menos en un hito de la historia contemporánea, ya que esta larga historia hunde sus raíces en el paleoindio, con el amansamiento del territorio desde aproximadamente unos 14.000 años a.C. (2), posteriormente encontramos la secuencia evolutiva desde Huentelauquén hasta los Diaguitas, el pueblo prehispánico más avanzado del universo precolombino chileno, llegando hasta los actuales kollas de Atacama. No olvidando de paso que; la historia de Chile, comienza en Copiapó con la toma de posesión el 26 de octubre de 1540, cuando Pedro de Valdivia anexa a Chile al imperio español, dando origen a documentos escritos fundamentales para comprender la historia nacional y que desde una óptica de la teoría, dan paso a la historia. Burenhult ha dicho que: “Con la escritura se da el salto del pasado prehistórico a la historia registrada” (3), de esta forma podemos acceder al conocimiento y la iniciación de la actual sociedad de mestizos chilena. El mismo Siglo XVI, ve nacer el fuerte Copiapó, tercera ciudad de Chile en 1548, pero, también en este valle se da la primera gran rebelión armada en contra del conquistador invasor, que termina con la destrucción del fuerte Copiapó y la muerte del capitán español Juan Bohon.
Sin ser muy exhaustivo en lo temporal, pero sin olvidar tampoco que en el siglo XVIII, vemos nacer oficialmente a San Francisco de la Selva de Copiapó y San Ambrosio de Vallenar.
El Siglo XIX, Chañarcillo y su importancia: Llegamos al siglo XIX, época central en la historia regional y nacional, para exponer que ya en la republica, y más precisamente en el primer tercio del siglo XIX, Juan Godoy Normilla, descubre el mineral de plata de Chañarcillo (16 de mayo de 1832), riqueza que comparte con su hermano José y con Miguel Gallo Vergara, padre del futuro líder revolucionario. Con Chañarcillo y su plata la actual república se pone en marcha, sin el dinero de este mineral, la historia se habría escrito de manera distinta a la actual, allí esta tal vez el hito fundacional e histórico mas significativo de la historia de Atacama y de la república, sin él, lo hechos futuros serian inciertos, y tal vez la historia se habría escrito de otra forma.
La Revolución y su importancia: Pero, con relación a revolución de 1859, primero decir, que la diferencia entre una revolución y una guerra civil, en ambas se enfrentan fuerzas similares de un misma nación, sin embargo la revolución parte de un foco, la revolución busca un cambio radical de las condiciones de vida, y en ocasiones la guerra civil solo la modificación profunda (Vg. La guerra civil norteamericana, que no cambia el sistema solo modera la esclavitud), en este caso, y allí la importancia de la investigación. La revolución de 1859, es poli o pluriclasista, hay elementos del artesanado y del proletario minero, que participan en ella, por propia voluntad y viendo en la revolución, como dijera el Historiador, Doctor Julio Pinto, una forma real de participación política y de mejora en su calidad de vida, siendo el ejemplo más importante Don José Sierra, artesano calderino, que se autoproclama Intendente de Atacama, y defiende en mayo de 1859, los logros e ideales de la revolución, que no toda la plutocracia copiapina, está ya en condiciones de defender, esto nos habla de una profundización de conciencia de clase e ideológica de los hechos e hitos de 1859.
En este punto aclarar, también, que Pedro León Gallo Goyenechea, no era un oligarca, sino un plutócrata, que pertenecía a la plutocracia copiapina, la oligarquía, estaba en el valle central, y eran los detentadores del poder desde las primeras generaciones de encomenderos que se arrastraba desde el siglo XVI en Chile y se consolidaron en el siglo XVIII con la llegada de los capitales vascos, en Copiapó, sin embargo se forma una plutocracia, clase rica pero de reciente data y por lo mismo con ideas conservadoras menos arraigadas, en el caso de esta plutocracia, influenciados por el pensamiento liberal tienen el firme propósito de cambiar el sistema político portaliano chileno, e instaurar una republica federal, hecho no menor en cuanto a participación y democracia política, económica, y social, la importancia entonces de la revolución de 1859, salta a la vista, si se analiza con solo un poquito de detención.
No está demás agregar, lo que son hechos evidentes, que con posterioridad a la revolución de 1859, el sistema político se abre completamente y termina el dominio de los conservadores ultramontanos y nacionales, en reemplazo de un presidente de transición José Joaquín Pérez y luego la llegada de los liberales, quienes realizan profundos cambios constitucionales, políticos, sociales, culturales, educacionales, etc., hecho también significativo en cualquier devenir histórico.
Pedro León Gallo y la Batalla de Los Loros: Ante las afirmaciones de que Pedro León Gallo, fracasó en todas sus empresas, podemos decir que la revolución y sus proyecciones de progreso y cambio son un triunfo de los constituyentes, a lo que podemos agregar que no cualquiera puede arrogarse un triunfo contra el ejercito Chileno, como el que logró, Pedro León Gallo el 14 de marzo en la quebrada de Los Loros, en las cercanías de La Serena. Este solo triunfo militar de por si, ya podría darle un lugar en la historia.
La batalla de los Loros, es la gran acción en armas del ejército revolucionario de Pedro León Gallo, en esta batalla los zuavos de Atacama vencen al ejército del gobierno de Manuel Montt, tropas comandas por el comandante Juan Vidaurre Leal, en las cercanías de La Serena el 14 de marzo de 1859.
Los zuavos atacameños a la orden de Pedro León Gallo se lanzaron al ataque y derrotaron inapelablemente a los Santiaguinos.
También con posterioridad a la derrota de Cerro Grande (29 de abril 1859), y a la vuelta de Gallo de su exilio, se forma el Partido Radical, partido que ha dado a la republica la no despreciable suma de 4 presidentes, de ser el primer partido de izquierda en llegar al palacio de la Moneda con Pedro Aguirre Cerda y el frente popular, luego fue parte central del diseño de la Unidad popular y un bravo luchador para el retorno a la democracia, por ello afirmar que Pedro León Gallo fracasó en todo, yo diría es un tanto exagerado. Por cierto Pedro León Gallo, no actúo solo, y en eso también ser claros, es la revolución de Sierra, Carabantes, Zapata, Gallo, Matta y los constituyentes atacameños.
Ahora ante la supuesta miopía de no mirar al norte, Atacama era el limite norte de Chile (ya lo han dicho el profesor Gabriel Manquez, en sus exitosos encuentros de historia en Diego de Almagro), los territorios de Paposo al norte eran bolivianos y no tenia por que Gallo pensar en entrometerse en un país distinto al suyo, eso en política exterior tiene un nombre: imperialismo, y parece que no era una faceta del líder copiapino.
Por otro lado la mayor riqueza a fines de la década de de 1850, era la plata , allí estaba puesta la inteligencia y el esfuerzo de los atacameños, y en general la economía chilena aún descansaba en este recurso, posteriormente será el salitre, pero es una historia distinta, donde no es posible relacionar a Pedro León Gallo. Necesariamente para avanzar en comprensión se debe analizar la revolución de 1859 en su contexto histórico, sacarla de allí es considerar erróneamente los procesos de la sociedad.
Por ello, podemos seguir afirmando que el gran cambio político- histórico, lo tenemos con la acción política y en armas de los atacameños y con la revolución de 1859, por allí nos parece se define el ser y la identidad de la mujer y del hombre de la provincia, hoy región de Atacama.
Esta revolución con su ideario de federalismo, mayor libertad, el nacimiento de un nuevo partido político, nos sigue pareciendo en el plano cognitivo, un hecho generador de procesos y en cuanto a lo axiológico, un suceso de nuestra historia que nos llena de orgullo.
(1) (recomiendo leer: José Desantes G. & José López Y. Teoría y técnica de la investigación científica, Ed. Síntesis , pág. 20).
(2) (Cf. Lautaro Núñez, : IV Convención nacional de Cultura , 2007, pág. 62).
(3) ( Cf. Burenhult, Goran: Atlas Universal de la Civilización, 1994, Pág. 13)
Atentamente, Guillermo Cortés Lutz, Doctor en Historia.
(*) Guillermo Cortés Lutz, es actualmente académico de pensamiento histórico, de instituciones políticas, y de bases del pensamiento político y jurídico de la Universidad del Mar en Copiapó, docente de la cátedra de ciencias políticas y gobernabilidad en la Universidad Central de Chile, ha sido profesor de Teoría de la Historia y de Historia antigua Grecia y Roma en La Universidad de La Serena, Profesor de Historia del Derecho de la Universidad de Atacama, es profesor del prestigioso Liceo Sagrado Corazón de Copiapó. De profesión Profesor de Historia y Geografía, Administrador Educacional, egresado de Magíster en Educación de la Universidad de Playa Ancha y Doctor en Historia de la Universidad de Salamanca. Actualmente trabaja en la investigación: 1859, Retratos de la revolución Constituyente bajo el auspicio del FNDR – Universidad del MAR y proyecto: Copayapu, estudios monográficos del siglo XVI en Copiapó. Miembro fundador del Colegio de Doctores de Chile A.G., miembro permanente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, y miembro de pleno derecho del Instituto Internacional de investigaciones Antropológicas de Castilla y León de España y miembro efectivo del Instituto Política y Democracia
Pero se debe ser también muy riguroso y decir que es necesario para una mejor sistematización, análisis y valoración de esta, manejar ciertos parámetros epistemológicos y metodológicos. La ciencia histórica definió una mejor forma de acceder o a lo menos acercarse a la verdad histórica, la metodología, que debe ser entendida como la investigación y la interpretación sobre hechos y procesos que se dan en el curso de la vida humana.(1)
Por ello ante algunas opiniones sobre la celebración de la revolución de 1859, nos parece necesario realizar algunas breves consideraciones con el fin de intentar aclarar lo ocurrido y lo expuesto. Pero, antes de esto decir que he conversado y reflexionado con mi amigo y colega Rodrigo Zalaquett, que comparte esta pequeña reflexión, ya que hemos visto que las ópticas historias en muchas ocasiones son múltiples, pero necesariamente deben ser vistas y analizadas en su contexto, también hago mención de mi amigo Arturo Volantines que enérgicamente me indicó que la discusión y la defensa del ideario de 1859, era un deber, y pensado en como construimos la historia desde Atacama, tiene toda la razón.
La larga historia de Atacama: Bueno, primero decir que la historia de la actual región de Atacama, no se define por un hecho y menos en un hito de la historia contemporánea, ya que esta larga historia hunde sus raíces en el paleoindio, con el amansamiento del territorio desde aproximadamente unos 14.000 años a.C. (2), posteriormente encontramos la secuencia evolutiva desde Huentelauquén hasta los Diaguitas, el pueblo prehispánico más avanzado del universo precolombino chileno, llegando hasta los actuales kollas de Atacama. No olvidando de paso que; la historia de Chile, comienza en Copiapó con la toma de posesión el 26 de octubre de 1540, cuando Pedro de Valdivia anexa a Chile al imperio español, dando origen a documentos escritos fundamentales para comprender la historia nacional y que desde una óptica de la teoría, dan paso a la historia. Burenhult ha dicho que: “Con la escritura se da el salto del pasado prehistórico a la historia registrada” (3), de esta forma podemos acceder al conocimiento y la iniciación de la actual sociedad de mestizos chilena. El mismo Siglo XVI, ve nacer el fuerte Copiapó, tercera ciudad de Chile en 1548, pero, también en este valle se da la primera gran rebelión armada en contra del conquistador invasor, que termina con la destrucción del fuerte Copiapó y la muerte del capitán español Juan Bohon.
Sin ser muy exhaustivo en lo temporal, pero sin olvidar tampoco que en el siglo XVIII, vemos nacer oficialmente a San Francisco de la Selva de Copiapó y San Ambrosio de Vallenar.
El Siglo XIX, Chañarcillo y su importancia: Llegamos al siglo XIX, época central en la historia regional y nacional, para exponer que ya en la republica, y más precisamente en el primer tercio del siglo XIX, Juan Godoy Normilla, descubre el mineral de plata de Chañarcillo (16 de mayo de 1832), riqueza que comparte con su hermano José y con Miguel Gallo Vergara, padre del futuro líder revolucionario. Con Chañarcillo y su plata la actual república se pone en marcha, sin el dinero de este mineral, la historia se habría escrito de manera distinta a la actual, allí esta tal vez el hito fundacional e histórico mas significativo de la historia de Atacama y de la república, sin él, lo hechos futuros serian inciertos, y tal vez la historia se habría escrito de otra forma.
La Revolución y su importancia: Pero, con relación a revolución de 1859, primero decir, que la diferencia entre una revolución y una guerra civil, en ambas se enfrentan fuerzas similares de un misma nación, sin embargo la revolución parte de un foco, la revolución busca un cambio radical de las condiciones de vida, y en ocasiones la guerra civil solo la modificación profunda (Vg. La guerra civil norteamericana, que no cambia el sistema solo modera la esclavitud), en este caso, y allí la importancia de la investigación. La revolución de 1859, es poli o pluriclasista, hay elementos del artesanado y del proletario minero, que participan en ella, por propia voluntad y viendo en la revolución, como dijera el Historiador, Doctor Julio Pinto, una forma real de participación política y de mejora en su calidad de vida, siendo el ejemplo más importante Don José Sierra, artesano calderino, que se autoproclama Intendente de Atacama, y defiende en mayo de 1859, los logros e ideales de la revolución, que no toda la plutocracia copiapina, está ya en condiciones de defender, esto nos habla de una profundización de conciencia de clase e ideológica de los hechos e hitos de 1859.
En este punto aclarar, también, que Pedro León Gallo Goyenechea, no era un oligarca, sino un plutócrata, que pertenecía a la plutocracia copiapina, la oligarquía, estaba en el valle central, y eran los detentadores del poder desde las primeras generaciones de encomenderos que se arrastraba desde el siglo XVI en Chile y se consolidaron en el siglo XVIII con la llegada de los capitales vascos, en Copiapó, sin embargo se forma una plutocracia, clase rica pero de reciente data y por lo mismo con ideas conservadoras menos arraigadas, en el caso de esta plutocracia, influenciados por el pensamiento liberal tienen el firme propósito de cambiar el sistema político portaliano chileno, e instaurar una republica federal, hecho no menor en cuanto a participación y democracia política, económica, y social, la importancia entonces de la revolución de 1859, salta a la vista, si se analiza con solo un poquito de detención.
No está demás agregar, lo que son hechos evidentes, que con posterioridad a la revolución de 1859, el sistema político se abre completamente y termina el dominio de los conservadores ultramontanos y nacionales, en reemplazo de un presidente de transición José Joaquín Pérez y luego la llegada de los liberales, quienes realizan profundos cambios constitucionales, políticos, sociales, culturales, educacionales, etc., hecho también significativo en cualquier devenir histórico.
Pedro León Gallo y la Batalla de Los Loros: Ante las afirmaciones de que Pedro León Gallo, fracasó en todas sus empresas, podemos decir que la revolución y sus proyecciones de progreso y cambio son un triunfo de los constituyentes, a lo que podemos agregar que no cualquiera puede arrogarse un triunfo contra el ejercito Chileno, como el que logró, Pedro León Gallo el 14 de marzo en la quebrada de Los Loros, en las cercanías de La Serena. Este solo triunfo militar de por si, ya podría darle un lugar en la historia.
La batalla de los Loros, es la gran acción en armas del ejército revolucionario de Pedro León Gallo, en esta batalla los zuavos de Atacama vencen al ejército del gobierno de Manuel Montt, tropas comandas por el comandante Juan Vidaurre Leal, en las cercanías de La Serena el 14 de marzo de 1859.
Los zuavos atacameños a la orden de Pedro León Gallo se lanzaron al ataque y derrotaron inapelablemente a los Santiaguinos.
También con posterioridad a la derrota de Cerro Grande (29 de abril 1859), y a la vuelta de Gallo de su exilio, se forma el Partido Radical, partido que ha dado a la republica la no despreciable suma de 4 presidentes, de ser el primer partido de izquierda en llegar al palacio de la Moneda con Pedro Aguirre Cerda y el frente popular, luego fue parte central del diseño de la Unidad popular y un bravo luchador para el retorno a la democracia, por ello afirmar que Pedro León Gallo fracasó en todo, yo diría es un tanto exagerado. Por cierto Pedro León Gallo, no actúo solo, y en eso también ser claros, es la revolución de Sierra, Carabantes, Zapata, Gallo, Matta y los constituyentes atacameños.
Ahora ante la supuesta miopía de no mirar al norte, Atacama era el limite norte de Chile (ya lo han dicho el profesor Gabriel Manquez, en sus exitosos encuentros de historia en Diego de Almagro), los territorios de Paposo al norte eran bolivianos y no tenia por que Gallo pensar en entrometerse en un país distinto al suyo, eso en política exterior tiene un nombre: imperialismo, y parece que no era una faceta del líder copiapino.
Por otro lado la mayor riqueza a fines de la década de de 1850, era la plata , allí estaba puesta la inteligencia y el esfuerzo de los atacameños, y en general la economía chilena aún descansaba en este recurso, posteriormente será el salitre, pero es una historia distinta, donde no es posible relacionar a Pedro León Gallo. Necesariamente para avanzar en comprensión se debe analizar la revolución de 1859 en su contexto histórico, sacarla de allí es considerar erróneamente los procesos de la sociedad.
Por ello, podemos seguir afirmando que el gran cambio político- histórico, lo tenemos con la acción política y en armas de los atacameños y con la revolución de 1859, por allí nos parece se define el ser y la identidad de la mujer y del hombre de la provincia, hoy región de Atacama.
Esta revolución con su ideario de federalismo, mayor libertad, el nacimiento de un nuevo partido político, nos sigue pareciendo en el plano cognitivo, un hecho generador de procesos y en cuanto a lo axiológico, un suceso de nuestra historia que nos llena de orgullo.
(1) (recomiendo leer: José Desantes G. & José López Y. Teoría y técnica de la investigación científica, Ed. Síntesis , pág. 20).
(2) (Cf. Lautaro Núñez, : IV Convención nacional de Cultura , 2007, pág. 62).
(3) ( Cf. Burenhult, Goran: Atlas Universal de la Civilización, 1994, Pág. 13)
Atentamente, Guillermo Cortés Lutz, Doctor en Historia.
(*) Guillermo Cortés Lutz, es actualmente académico de pensamiento histórico, de instituciones políticas, y de bases del pensamiento político y jurídico de la Universidad del Mar en Copiapó, docente de la cátedra de ciencias políticas y gobernabilidad en la Universidad Central de Chile, ha sido profesor de Teoría de la Historia y de Historia antigua Grecia y Roma en La Universidad de La Serena, Profesor de Historia del Derecho de la Universidad de Atacama, es profesor del prestigioso Liceo Sagrado Corazón de Copiapó. De profesión Profesor de Historia y Geografía, Administrador Educacional, egresado de Magíster en Educación de la Universidad de Playa Ancha y Doctor en Historia de la Universidad de Salamanca. Actualmente trabaja en la investigación: 1859, Retratos de la revolución Constituyente bajo el auspicio del FNDR – Universidad del MAR y proyecto: Copayapu, estudios monográficos del siglo XVI en Copiapó. Miembro fundador del Colegio de Doctores de Chile A.G., miembro permanente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, y miembro de pleno derecho del Instituto Internacional de investigaciones Antropológicas de Castilla y León de España y miembro efectivo del Instituto Política y Democracia
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