EL PENSAMIENTO Y EL ACCIONAR DE PEDRO LEON GALLO, CAUDILLO DE ATACAMA

El año 1850 Pedro León Gallo vuelve a Copiapó, después de pasar una temporada en Santiago, su principal objetivo es dedicarse a la industria minera, hecho que va a modelar fuertemente su pensamiento e ideas con respecto al manejo del poder político.
El año 1853, fue regidor por Copiapó.
El año 1858 Pedro León Gallo presentó una moción de censura al Intendente por castigo corporal a tres periodistas copiapinos.
En represaria el intendente actuando de manera clandestina se contacta con Santiago y mediante decreto ministerial censura a Gallo, siendo este destituido de su cargo.

Este hecho que a la vista de la población fue de evidente injusticia, le granjeó la simpatía popular y comenzó a ser visto tanto por sus pares como por la gente como un líder que defendía los intereses de la gente y de la ciudad. Esto le permitió quedar al frente del club Constituyente que proponía el impulso de reformas constitucionales mediante una asamblea popular, de esta forma iba tomando cuerpo la idea de desmantelar el orden autoritario emanado de la constitución de 1833, como a la vez se engendraba conciencia de que los cambio debían provenir de una base social más amplia y heterogénea.

Producto de estas ideas Pedro León Gallo junto a su primo Manuel Antonio Matta, su hermano Tomas Gallo, y otros copiapinos comenzaron a ser motejados de liberales rojos.[7] O Liberales exhalados como los llamo el historiador Fernando Campos Harriet.[8]

Pedro León Gallo, consideró abusiva y desproporcionada la aspiración del presidente Manuel Montt de llevar a la presidencia bajo el protectorado del ejecutivo al ministro Antonio Varas. A este hecho hay que sumarle que para fines de 1858 Gallo comenzaba a pensar como un provinciano, según digiera Jotabeche, por lo que comienza a plantear seriamente la reforma a la constitución conservadora portaliana de 1833.

Gallo influido por sus estudios y las ideas liberales de la época, había llegado a la convicción de que la educación debía laicizarse, como también de que debía existir una mayor libertad electoral, esta sumatoria de antecedentes lo pone de frente a las aspiraciones del Presidente Montt.

Debido a ello comienza la lucha entre el sempiterno y nefasto centralismo chileno y la idea liberal y federalista de León Gallo.



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Prohibido el centralismo



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