Excelentísimo señor Obispo. Quiera Dios que no reciba ataques arteros por sostener su loable postura.

Excelentísimo señor Obispo.

Gracias por su preocupación por el tema del agua en esta región, por dar la cara por los hijos de esta sagrada tierra. Gracias al Señor por haberlo enviado a nosotros en este tiempo de tribulación. Quiera Dios que no reciba ataques arteros por sostener su loable postura.

Desde hace ya años se viene anunciando la catástrofe que hoy está ad portas, pero quienes deberían poner atajo al atentado en contra del preciado don del agua con la que el Altísimo nos ha proveído, no han hecho lo que deberían haber hecho a mi juicio.

El acuífero del valle de Copiapó está casi agotado por completo. Los pequeños agricultores están arruinados, la riqueza se concentra en pocas manos, peligra el agua para el consumo de la población de la provincia, ya que toda es extraída del acuífero del valle de Copiapó.

¿Hasta cuándo debemos aguantar? Habitantes de esta ciudad recientemente avecindados, y algunos de nuestros representantes, seguramente nunca vieron nuestro río con agua como tuvimos la dicha de verlo nosotros y nuestros antepasados.

El oro y el dinero no valen más que la salud y el futuro de la población. En la Argentina no se permiten estos atropellos. Adjunto un letrero alusivo al tema,



avisos así proliferan en dicha república, en una zona contigua a la nuestra, en los que se expresa que podemos vivir sin oro pero no sin agua. Pero desgraciadamente nuestras autoridades ambientales no tienen la preparación que el caso amerita, y han mostrado ser incapaces de resistir al poder del capital. Lamentablemente nosotros no somos una república federal, sino que estamos sometidos al brutal centralismo de Santiago, que para peor, se lleva casi todo lo que se obtiene con la explotación irracional de nuestros recursos no renovables (me refiero a lo poco que queda para el país), sin dejar lo justo acá.

Por favor alguien que nos salve de la ceguera. Que haya progreso en la minería SÍ, pero con agua de mar desalinizada. Que siembren el desierto también Sí, pero no a costa de secar el valle, ni arruinar a los agricultores tradicionales, ni menos dejar sin agua dulce al pueblo, y liquidar el futuro de nuestros hijos.

Este es un lamento de una ciudadana de Copiapó, que siente frustración y visualiza un negro futuro para este sagrado suelo, y que con las intervenciones suyas, ve renacer su fe y esperanza en el futuro de la Tercera Región.

Le saluda con toda atención y respeto,

María Pardo B.

¡Atacama Tierra Mía! Por ti daría la vida.

La clausula Leonina que nos esta dejando sin agua.



PD. Agradeceré disculpar los términos duros que empleo en algunos acápites de los archivos que adjunto, pero ellos tienen origen en la gran preocupación y frustración que siento como muchos de nuestros coterráneos.



Tus comentarios, cartas y opiniones a: