MIRAR PARA ADENTRO

Todos sabemos que en Chile se hacen miles de abortos al año, y muchos de los que despotrican en contra del aborto, después echan a las niñas embarazadas de los colegios que tienen a su cargo, empujando a algunas jóvenes a esa penosa práctica. Para peor aún, luego discriminan a sus inocentes hijos y ni siquiera les dejan entrar a sus diáfanos y puros establecimientos. Son los mismos que rasgan vestiduras porque se promueve el uso del condón, por la píldora del día después, por las pastillas anticonceptivas, y que discriminan y niegan la comunión a los divorciados sin importar el sufrimiento de estos. Los mismos que dicen amar al prójimo y seguir al que se compadeció y perdonó a una prostituta a la que se quería lapidar. Por no extender estas líneas no menciono otra serie de incongruencias aberrantes que a diario vemos.

Hay que mirar para adentro como dijo don Benito, averiguar ver porqué gente que dice profesar una determinada creencia, en los hechos practica lo contrario de lo que esa creencia señala. Por qué hay tantas mujeres pías que se golpean el pecho, pero en lo factual es algo público y notorio que planifican sus familias con métodos anticonceptivos y asumen prácticas que su fe les prohíbe.
Por qué muchos de los mismos profesionales que son supuestamente educados en sus valores, luego promueven la escandalosa distribución de la riqueza que tanto se denuncia. Por qué a quienes osan referirse a alguna de estas materias como el empresario don Felipe, en vez de escucharlos con atención y respeto los atacan tanto y hasta pagan para que los mismos especialistas en todo de siempre salgan en la prensa tratando de desacreditarlos.

Algo anda mal, y es necesario echar una seria mirada para adentro para tratar de detener la gran dosis de hipocresía y fariseísmo que agobia nuestra sociedad.



Atentamente., Candelaria.

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